—Esa voz, esa actitud desagradable... ¿Eres el noble cangrejo?

—¡Es Marcos Bolg! Joder, ¿así que son los que patrullan por el otro lado? Qué mala suerte, tener que encontrarme con escoria como ustedes en un lugar como éste.

Yuugo miró a Marcos con expresión cansada, porque no había cambiado nada desde su primer encuentro unos días antes.

Marcos ignoró entonces a Yuugo, que estaba exasperado al ver cómo Marcos actuaba como si nada y le hablaba con aire de superioridad, a pesar de haber sufrido semejante humillación durante su duelo. En su lugar, utilizó la bola de fuego que tenía en la palma de la mano para iluminar a Melt, la miró espeluznantemente de arriba abajo y habló.

—Hohou. Tu cuerpo y tu cara no están tan mal. Me gustas. Oye, ¿qué tal si dejas a Yuugo y te quedas conmigo? ¡Soy Marcos Bold, el hijo mayor de la familia Bolg! ¡Podría tomarte como concubina, dependiendo de tu actitud! ¿Qué tal si empiezas a adularme mientras puedas?

—¡Cara y cuerpo...! ¡No hay chica que se alegre de que le hablen así! Pero si realmente eres el hijo mayor de una buena familia, ¿por qué aceptaste una búsqueda como ésta?

¿Realmente necesitas dinero como nosotros?

—¡Uguh...! ¡C-Cállate! Es que mis padres se enteraron de que perdí el duelo y me quitaron la paga. Normalmente no tengo que trabajar así ni pasar ninguna penuria como... ¡Basta ya! ¡Una mujer vulgar como tú tiene un estatus demasiado bajo para mí de todos modos!

Los motivos ocultos de la propuesta de Marcos eran demasiado descarados como para que tuviera peso en primer lugar, pero después de ser rechazado de plano por Melt, Marcos gritó con la cara roja de vergüenza al recordarle la humillación de hacía unos días.

El rápido intercambio le recordó a Yuugo la historia de su mala suerte, pero pensó que no era el momento de hablar de eso y le hizo una pregunta a Marcos.

—Siento interrumpir mientras te rechazan, pero has venido desde el otro lado, ¿verdad? ¿Viste a los pasajeros?

—No, a ninguno. Y a juzgar por lo que dices, supongo que a ti te pasa lo mismo. Supongo que ni siquiera una escoria tonta e insolente como tú pasaría por alto a los pasajeros. Eso significa que...

—¿Han desaparecido todos? ¿Toda la gente a bordo de este tren?

El túnel tenía dos entradas. Yuugo y Marcos entraron en el túnel desde direcciones opuestas, pero ninguno de los dos se cruzó con nadie de camino al lugar donde estaba abandonado el tren.

¿Adónde habían ido los pasajeros? Parecían haber desaparecido como el humo.

Yuugo y Melt estaban desconcertados por este misterio, pero Marcos resopló y habló.

—Bueno, no pasa nada. Mis subordinados están investigando la parte delantera del tren mientras hablamos. No estropeen nada, y quédense ahí en silencio a observar.

—No podemos quedarnos mirando. Tenemos que informar de esto a la estación de guardia y pedir instrucciones.

—Exactamente. Pero es difícil ponerse en contacto dentro del túnel, así que deberíamos salir y...

—¡Espera! ¿Por qué informas? ¡Nosotros llegamos primero! ¡Si ustedes dos informan, robarán el crédito!

—¿Es momento de preocuparse por eso? ¡Un grupo de personas ha desaparecido! ¡Esto es una emergencia! ¿De verdad van a pelearse por el crédito... Hn?

Cuando Marcos trató de impedir que Yuugo y Melt informaran, Yuugo replicó con rostro serio, su expresión cambió.

Empezó a mirar a su alrededor como si buscara algo, y Melt, sintiendo curiosidad por el repentino cambio, le preguntó por qué.

—¿Qué pasa, Yuugo? ¿Ha pasado algo?

—...Estoy bastante seguro de que acabo de oír la voz de un niño cerca.

—Creo que lo has oído mal. Yo no he oído nada.

—No, definitivamente lo escuché. Por aquí.

—¡Ah! ¡Yuugo, espera!

Yuugo siguió sus sentidos y saltó del vagón, antes de dirigirse a la parte delantera del tren, con Marcos y Melt corriendo tras él.

Melt corrió tras él, y le vio apuntar con el cuchillo de energía mágica a una hendidura en una zanja junto a la pista, mientras buscaba quién había hecho ese sonido con una expresión seria en el rostro.

—...¡Ahí!

—¡No puede ser! ¿En serio?

Finalmente, Yuugo gritó cuando llegó a cierto punto, y se agachó.

Melt se apresuró a ir hacia él, y tragó saliva al ver a Yuugo sacudiendo a una chica cuyo cuerpo estaba cubierto de barro.

—...Gracias a Dios, respira. Sólo está inconsciente.

—Realmente había alguien... Buen trabajo escuchando eso, Yuugo.

—No importa lo silenciosos que sean, los héroes siempre escuchan las voces que piden ayuda.

Melt no tenía ni idea de lo que Yuugo estaba hablando, pero al menos entendió que él no acaba de imaginar la voz de la chica pidiendo ayuda.

Melt observó y los iluminó con un cuchillo de energía mágica, y la chica se despertó, respondiendo a la voz de Yuugo.

—H-hm... ¿¡Ah!? ¡Aaah...! ¡No! ¡¡¡Noo!!!

—Cálmate, estamos de tu lado. Estamos aquí para ayudarte. Está bien, puedes relajarte... ¿De acuerdo?

—Uu, ah... ¿Estás aquí para salvar a Mina?

—¿Así es? ¿Así que tú eres Mina? Soy Yuugo, Yuugo Clay. Este es Melt Epee. Vinimos a ayudar porque escuchamos que el tren se detuvo dentro del túnel.

—¡Tren...! ¡S-sí...! ¡¡Mamá...!!

La pequeña... Mina, entró en pánico poco después de despertar, pero gracias a que Yuugo le aseguró que estaban de su lado, los vio como amigos.

Pero entonces pareció recordar lo ocurrido en el tren, y volvió a asustarse, con lágrimas en los ojos.

—¿Estabas en ese tren, Mina? Sé que estás asustada, pero ¿puedes decirme qué pasó?

—...Se los llevaron. A mamá, y a todos los demás, se los llevaron unas bestias monstruosas con armadura...