Primera parte - Atravesando mundos, ¡he llegado!
Capítulo 6 - El adversario es un noble cangrejo

—Lo siento mucho, hermano mayor. Es culpa mía que esto...

—Vamos, no te disculpes. Te dije que ellos son los que están mal aquí. Y me diste algo para ayudar en este tipo de situaciones.

—¡Pero...! Blaster es un modelo antiguo, y los objetos mágicos tipo armadura no son fuertes en...

Había una plaza en el patio construida para los duelos.

Yuugo miró al considerable número de personas allí reunidas, y acarició la cabeza de su preocupado hermano pequeño, antes de sonreír y darle un pulgar hacia arriba para tranquilizarlo.

A decir verdad, no es que el propio Yuugo no estuviera preocupado, pero sería difícil ignorar a Marcos, que lo retó a un combate y llegó a involucrar a su hermano pequeño. Después de ver lo desagradable que era su personalidad, Yuugo sintió que tenía que hacer lo necesario para asegurarse de que no volvería a ponerle las manos encima a Phi.

—No te preocupes, Phi. No perderé mientras creas en mí. Eso es ser un verdadero héroe.

—¿Eh...?

Luchar hasta el final por la gente que cree en ellos. Esos eran los héroes que Yuugo siempre observaba.

Mientras se armaba de valor para luchar, no para vencer a Marcos, sino para proteger a Phi, Yuugo se dirigió al campo de batalla, donde le esperaba su oponente.

—¿Cómo te sientes, Yuugo Clay? ¿Estás listo para ser humillado delante de tu hermano pequeño y de esta multitud?

—...

Yuugo no cayó en el cebo, y simplemente continuó caminando hacia Marcos en silencio... Mientras observaba el arma y el objeto defensivo equipado en su brazo izquierdo.

La primera impresión de Yuugo al ver la armadura de oro laminado y las tijeras gigantes de plata en su punta, fue que parecía el brazo de un cangrejo.

—¿Es tu objeto mágico? Tiene un diseño bastante aburrido.

—¡Ah...! Por supuesto que no entenderías la clase del objeto mágico Tijeras Giga transmitido por la familia Bolg durante generaciones. No me extraña que te echaran de tu conocida familia.

—¿Tijeras Giga? Así que se llama exactamente lo que es. —se dijo Yuugo.

Luego pensó que a pesar de esa parte, parecía ser un objeto mágico de armadura, parecido al suyo. Respiró un poco, y apretó su mano derecha para activar el Blaster.

«¡Si voy a luchar contra un cangrejo, necesito hacer esta pose!»

Yuugo balanceó el brazo derecho como si estuviera lanzando un gancho, colocó el puño junto a la cara y mantuvo la pose en silencio.

Miró fijamente a Marcos y, mientras se preparaba para este combate, gritó la palabra que vio decir a sus héroes en la televisión.

—¡Henshin!

Una deslumbrante luz carmesí envolvió el cuerpo de Yuggo, sirviendo como señal para activar su objeto mágico de tipo armadura, Blaster.

Al instante, Yuugo se transformó en un caballero negro, y tras respirar hondo y volver a apretar los puños, exhaló como si estuviera emocionándose.

—¡Sha!

—¡Jaja! Seguro que te gustan tus movimientos inútiles, ¿verdad? ¿Se supone que esa pequeña actuación debe distraer de las pobres habilidades de ese viejo objeto mágico?

—No lo entiendes... Esta es la estética de los héroes. No espero que lo entiendas.

A ojos de Marcos, dejarse al descubierto ante una batalla no era más que una estupidez.

Pero Yuugo entendía que posar mientras se transformaban era el punto más cool de los héroes, así que no podía descuidarlo en absoluto. Se rió de su oponente por haberlo mencionado y miró a la multitud.

— ¡Mátalo Marcos! ¡Golpea a ese Yuugo!

—¡Te odio, pero Yuugo me gusta aún menos! ¡Por una vez tienes mi apoyo!

—Espero que se den una paliza el uno al otro, y luego Yuugo pierda.

—Hermano mayor, ¡buena suerte! ¡No pierdas!

Yuugo oyó la voz de Phi entre el mar de insultos de la multitud, y saludó a su único apoyo.

Yuugo estaba jugando básicamente fuera de casa, pero también se dio cuenta de que Marcos también caía mal. Y mientras asentía a la animada multitud por ello, y mientras seguían abucheándole, le hizo dos preguntas a su oponente.

—Entonces, ¿cómo empieza el partido? ¿Cómo decidimos quién gana y quién pierde?.

—¡Comienza en el momento en que activamos nuestros objetos mágicos! Y termina cuando uno admite su derrota o recibe una paliza tan grande que no puede seguir luchando.

—Ooh, ya entiendo. Así de simple. Entonces empecemos bien...

A Yuugo no le gustaba ser violento, pero se recompuso y se dijo a sí mismo que era necesario para proteger a su hermano pequeño.

Entonces giró el brazo derecho para calentar el hombro, cerró el puño, y justo cuando Marcos pensaba que iba a atacar...

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